El otro día me escribió una madre, Elsa, de Argentina, interesada en saber como nos va a todos aquellos que están pasando por esta etapa en la vida de sus hijos.
Es bueno que intercambiemos nuestras experiencia, apoyándonos los unos en los otros resolveremos todas aquellas preguntas que nos vayan surgiendo con el paso de los días.
Podemos aprender tod@s de las experiencias propias vividas por nuestros hijos a través del día a día.
Yo al principio me asustaba cuando mi hijo al pincharse le salía sangre, cuando las agujas de la máquina salían dobladas, etc He leído mucho sobre el tema y no es que sea una experta, pero ya no me asusto tanto como antes. Además he hablado mucho con Manu y en muchas ocasiones ha tranquilizado mis incertidumbres.
Deciros que a Rubén, mi hijo lo veo muy cambiado, quizás sea que está en la época de su desarrollo normal, o que por fin comienza a verse los beneficios del tratamiento con hormonas.
Está mucho más delgado, sabréis que las hormonas absorben la grasa del cuerpo ( por eso la utilizan los culturistas) yo me atrevería a decir que está más alto, pero quizás sea la ilusión óptica al estar más delgado.
De cualquier forma tengo por costumbre no medirlo nunca, para eso está su endocrino.
Me acuerdo cuando hace tiempo un caballero (por llamarlo de alguna manera) se ofreció a comprarme con una cantidad desorbitada las hormonas que se pinchaba mi hijo. Aquello me ofendió bastante y así se lo hice saber.
En situaciones normales las madres siempre estamos unidas a nuestros hijos, pero en estas condiciones mucho más, aunque no por ellos debemos consentirlos, tienen que hacerse fuertes y enfrentarse a la vida cuando les toque, aunque sin quererlo ya lo están haciendo.